La desaparición física de Eduardo Galeano nos ha consternado a todos aquellos que lo leímos y afectado a, incluso, aquellos que no lo han hecho, sus palabras plasmaron en prosa poética el dolor y la esperanza de nuestra América en particular y de los relegados del mundo en general, despertando conciencias que continúan activas. Hemos perdido a un grande de la literatura latinoamericana pero también a un intelectual comprometido con la realidad de la tierra que lo vio nacer, crecer y morir. Su obra trasciende lo meramente
literario, porque es también política en esencia.
literario, porque es también política en esencia.
Desde la “Asamblea por la Suspensión del Pago y la Investigación de la Deuda y por la Defensa del Patrimonio Nacional y los Bienes Comunes” queremos expresar nuestro profundo pesar por la pérdida colectiva que significa el silencio de una potente voz que no perdía oportunidad para denunciar el carácter sistémico e instrumental de la Deuda en cuanto ámbito se la escuchara. Sistémico porque se retroalimenta de sí misma para seguir vigente, instrumental porque fue creada como herramienta de sojuzgamiento, sumisión y dominación de los pueblos al poder económico trasnacional. Pero no es un silencio vacío, en él resuenan los ecos de lo que dijo y escribió al respecto a lo largo de tantas décadas de valiosa y lúcida existencia.
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